Osteointegración. El factor más importante de la implantología

La osteointegración es la piedra angular de la implantología , esta ha llegado para resolver de una forma estética, funcional y duradera la rehabilitación protésica de una o varias piezas dentales.

¿Cómo y quién descubrió la osteointegración?

La osteointegración fue descubierta en 1952 por Per-Ingvar Branemark (1929-2014) un cirujano ortopédico sueco, considerado el padre de la implantología dental moderna, el cual dedicó muchos años a su estudio.

El descubrimiento de la osteointegración por este célebre investigador fue fortuito. En 1952 se encontraba realizando una investigación sobre la circulación sanguínea en conejos, a los cuales le colocó unas cámaras de titánico y al pasar el tiempo se percató de que el titanio se había integrado al hueso.

¿Qué es la osteointegración?

Haciendo un poco de historia la palabra osteointegración deriva de dos palabras, «osteón», palabra griega que significa hueso e «integrare», palabra latina que significa completar.

En un principio se referían a materiales extraños en contacto con el hueso sin presencia de tejido blando interpuesto.

Branemark en 1969 la definió como el contacto del hueso con materiales metálicos sin interposición de tejido blando.

En 1977 fueron modificados estos conceptos de la siguiente forma:

La osteointegración no es más que la conexión directa estructural y funcional entre el hueso vivo ordenado y la superficie del implante que va a soportar la carga.

Dicha unión garantiza una base sólida y estable sin tejido conectivo interpuesto, logrando así la inmortalidad del implante.

Proceso de osteointegración

Este proceso es muy similar al proceso ocurrido durante una fractura osea. Donde ocurren diferentes etapas que finalmente terminan con la formación de nuevas células oseas que reducen la fractura. Dicho proceso consta de 4 etapas:

1- formación del hematoma (sangrado y coagulación).

2- degradación del coágulo y limpieza de la herida (fibrinólisis).

3- formación de tejido granular (fibroplasia y angiogénesis).

4- formación de nueva matriz ósea (modelado óseo).

Las etapas anteriores ocurren durante la colocación de un implante, es normal el sangramiento por parte de la encía y el hueso. El sangrado facilita la formación del coagulo. Luego este a su vez es degradado y al mismo tiempo se realiza la limpieza de la zona. Posterior a esto comienza la creación de un tejido de granulación a partir del cual se inicia un proceso de osteogenesis o formación de hueso. Esta síntesis de hueso comienza con:

  1. Formación del hueso reticular, desde el día de la implantación
    hasta la 4ta o 6ta semana.
  2. Adaptación de la masa ósea a la carga, ocurre durante el segundo mes.
  3. Adaptación de la estructura ósea a la carga, a partir del 3er mes y a lo largo de toda
    la vida.

Los tratamientos de implantes dentales tienen un 98 % de probabilidades de éxito, pero hay ocaciones en las que no se realiza la osteointegración y se forma una interfase fibrosa.

Aspectos que afectan la osteointegración

1- El recalentamiento execivo durante la preparación. Cuando excede los 47° es perjudicial para los tejidos.

2- El exceso de presión durante la colocación crea necrosis en el tejido oseo.

3- La invaginación del epitelio.

4- Cuando el implante no queda ajustado de forma exacta en el alveolo artificial. El espacio entre el hueso y el implante debe ser de 0,5 mm o menos.

5- Carga prematura del sistema. Antes de los 3 meses para la mandíbula y antes de los 6 meses para el maxilar.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo son agentes que determinan la aparición y el comportamiento de una enfermedad. La presencia de estos incrementan la posibilidad del desarrollo de una enfermedad, pero si están ausentes eliminan la posibilidad de aparición de patologías.

Estos factores pueden ser locales o sistémicos y tienen una importancia vital en cuanto al éxito o fracaso del implante a corto y largo plazo.

Factores de riesgo sistémicos

  • Bruxismo

El bruxismo es el acto de apretar los dientes de noche o de día. Se ha comprobado que produce trastornos en la articulación temporomandibular, desgaste dental, fractura de restauraciones. Así como también fracaso de los implantes y perdida ósea periimplantar.

  • Radiaciones

Los pacientes diagnosticados con cáncer de cabeza y cuello como parte del tratamiento son sometidos a radiaciones y quimico- radiaciones. Las mismas según las dosis
aplicadas favorecen la exposición y necrosis del hueso en los tejidos periimplantados. Esto conlleva a una periimplantitis y al fracaso en ocasiones del implante.

  • Osteoporosis

Es una enfermedad ósea que se presenta fundamentalmente en los asianos consiste en la disminución de la masa ósea, así como su densidad. Esto afecta la cantidad y calidad del hueso y esta dado por un trastorno del metabolismo óseo.

No hay evidencias que haya fallado la osteointegración en pacientes con osteoporosis. Ahora si la enfermedad está asociada a otras enfermedades como diabetes mal tratada o tratamientos con corticosteroides, entonces si hay perdida osea periimplantaria.

  • Bifosfonatos

Los bifosfonatos son medicamentos utilizados en enfermedades que provocan reabsorción ósea excesiva por acción de los osteoclastos como son las metástasis oseas, la enfermedad de Paget y la osteoporosis.

Estos medicamentos provocan necrosis osteomandibular como efecto secundario.

Los pacientes sometidos a terapias con bifosfonatos intravenoso presentan necrosis ósea en la zona periimplantaria.

  • Alcohol

El alcoholismo produce alteraciones de organanos y tejidos incluyendo la cavidad bucal en la cuál provoca sangramiento gingival, caries dental, pérdida dentaria, enfermedad periodontal, efecto reducido ante los anestésicos locales. Además de cáncer bucal y estimular la reabsorción osea. Por todas estas razones el alcoholismo representa un factor de riesgo para la osteointegración.

  • Síndrome de Sjögren

Es una enfermedad que afecta las glándulas lagrimales y salivales impidiendo su secreción. En cuanto a la disminución de saliva tendremos una boca seca con irritación de los tejidos. Así mismo la saliva realiza funciones importantes en la cavidad bucal que se verán afectadas como son control del pH, autolimpieza de los dientes, evita enfermedades periodontales, entre otras. Todo esto puede afectar la colocación de un implante y su futura osteointegración.

  • Edad

Múltiples estudios realizados han demostrado que la edad no es impedimento para la colocación de implantes, pero sí las enfermedades sistémicas y locales asociadas a la misma.

Con el pasar de los años hay una disminución del metabolismo oseo.

  • sexo

La disminución de los niveles de estrógeno en la mujer provoca osteoporosis y perdida de la masa osea. Asimismo la mujer por condiciones naturales presenta menor masa osea que el hombre.
Por otra parte el hombre por estudios realizados fracaso en el tratamiento de implantes.

  • Diabetes

Es la enfermedad de mayor prevalencia en especie humana. Los niveles elevados de glicemia fvarecen las enfermedades periodontales y predisposición a las infecciones.

Las personas diabéticas presentan una mayor perdida de piezas dentales. Por esa razón es vital mantener controlado los niveles de glicemia para lograr buenos resultados en la osteointegración a corto y largo plazo.

  • Tabaco

La nicotina que contiene el tabaco produce vasoconstricción lo cual disminuye el riego sanguíneo a nivel local. Situación esta que favorece la aparición de enfermedades periodontales. Asimismo los fumadores presentan una mayor cantidad de perdida ósea periimplantaria, alrededor de 0.164 mm por año más que los no fumadores.

Factores locales de riesgo

  • Sobrecarga oclusal

Es la acción de fuerzas funcionales o parafuncionales durante la oclusión. Cuando estas fuerzas son excesivas provocan inflamación de los tejidos blandos que se encuentran alrededor del implante (mucositis). El control de estas fuerzas puede regresar a los tejidos a su estado normal.

  • Superficie de los implantes

Es cierto que la superficie rugosa de los implantes favorece una mejor osteointegracion, pero también facilita la adhesión de bacterias y de placa adquirida.
Los implantes dentales de acuerdo a la superficie que presentan se clasifican en:

1- Superficie lisa (con una rugosidad comprendida entre 0 y 0,5 μm).
2- Superficie mínimamente rugosa (entre 0,5 y 1,0 μm)
3- Superficie con rugosidad intermedia (entre 1 y 2 μm)
4- Superficie rugosa (entre 2 y 3 μm).

Por estudios realizados se ha comprobado que los implantes de superficies lisas generan menor infamación de los tejidos periiplantarios que los implantes de superficies rugosas. Asimismo los implantes de superficies lisas producen menor reabsorción ósea a largo plazo que los implantes de superficies rugosas.

  • Exceso del material de cementación

Este es un aspecto a tener en cuenta como riesgo de la osteointegracion ya que mientras más profundo es el margen de la corona mayor es el exceso de cemento no detectado. Para lo cual es importante la realización de Rx. La presencia de exceso de semento puede provocar periimplatitis y mucositis.

  • Presencia de tejido queratinizado

Si la mucosa queratinizada es menor de 2 mm se genera abundante placa dentobacteriana. La encia queratinizada es un requisito vital en los pacientes que reciben un implante ya que evita la reseción gingival y la contaminación del implante. Asimismo evita la reabsorción ósea, la periimplantitis y el fracaso del implante.

  • Deficiente higiene bucal

La higiene bucal es considerada un factor de riesgo asociado a la enfermedad periimplantaria. Se ha demostrado que la presencia de placa dentobacteriana provoca periimplantitis. Asimismo los paciente recién implantados con difícil acceso para la higiene bucal en la zona del implante sufren de periimplantitis. Además la pérdida ósea periimplantaria a largo plazo es mayor en las personas con higiene bucal deficiente.

Conclusión

Resumiendo, la osteointegración es la etapa más importante de la colocación del implante dental ya que garantiza la estabilidad del mismo creando una base solidad para así poder soportar la acción de las fuerzas masticatorias.

La correcta osteointegración evita enfermedades periimplantarias, mucostis y en consecuencia reabsorción ósea.

Tener en cuenta los factores de riesgo sistémico y locales garantiza una buena osteointegración a corto y largo plazo.

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